Uno de los signos de envejecimiento más evidentes en el rostro son las arrugas, y todos los seres humanos estamos destinados a tenerlas o al menos es lo que dicta la historia natural del envejecimiento; sin embargo, a partir del descubrimiento del uso del bótox Cancún con fines terapéuticos, se descubrió que lo que antes podía ocasionar una enfermedad que paraliza los músculos, se podía manipular y aplicar en cantidades muy pequeñas que no tienen riesgos a la salud y, que en cambio, pueden relajar a voluntad los músculos que causan arrugas y nos hacen ver envejecidos.
La toxina botulínica tipo A es una neurotoxina producida por la bacteria clostridium botulinum, que es causante de una enfermedad llamada botulismo, pero gracias a los avances de la ciencia puede utilizarse en medicina en el campo dermatológico con fines terapéuticos y estéticos.
En la década de 1990, tras investigaciones que se realizaban para el tratamiento del estrabismo y blefaroespasmo, se encontró que los pacientes sometidos a estos tratamientos del lado que se aplicaba la toxina botulínica, se disminuían las arrugas alrededor de los ojos. Desde entonces se comenzó a utilizar con fines estéticos, siendo en la actualidad uno de los procedimientos estéticos más populares alrededor del mundo.
Las zonas más comúnmente tratadas con bótox son:
Existen muchos tabúes acerca del uso del bótox Cancún, pero lo cierto es que cada vez más personas lo usan como tratamiento anti envejecimiento rutinario, pues tiene la capacidad de que, de manera muy sutil y con apariencia natural, quien lo usa luce más joven, relajado y jovial.
Hay varias razones por las que la toxina botulínica es tan aclamada por los pacientes. Una de ellas es que es un procedimiento mínimamente invasivo, con aplicación ambulatoria, el procedimiento se realiza en pocos minutos, y los pacientes pueden reintegrarse a sus rutinas inmediatamente después de la aplicación. Hay pocas recomendaciones a seguir posteriores al tratamiento, como:
Existen en el mercado diversas marcas, y cada una tiene pequeñas variaciones en la molécula de la toxina. Algunas de estas marcas son:
Además, pueden tener variaciones en los nombres dependiendo del país en el que se aplique. Y por supuesto, también diferencias en los resultados y tiempos de duración, que permiten tener una gama más amplia que pueda adecuarse de la mejor manera a las necesidades de cada uno de los pacientes que la utilicen.
Una de las razones por las que el bótox es uno de los procedimientos predilectos por los pacientes de medicina estética es la rapidez con la que se ven los resultados, dependiendo de la marca utilizada, se comienzan a detectar los cambios es entre 48 a 72 horas post aplicación, con un efecto máximo entre 10 y 15 días después. Posterior a esto, el resultado se mantiene por algunos meses, y a partir de 2.5 meses aproximadamente comienza haber una recuperación paulatina de los movimientos musculares, especialmente hablando de los efectos para disminución de arrugas dinámicas.
Con respecto al bótox para tratamiento de hiperhidrosis (sudoración excesiva), donde la finalidad es reducir la función de las glándulas sudoríparas, el efecto suele ser más prolongado, con mejoras hasta por 6 a 9 meses.
El tiempo de vida del bótox no está bien descrito en la literatura, pero hay varios factores que intervienen en la duración del tratamiento, algunos de ellos son los siguientes:
Las inyecciones con bótox son generalmente bien toleradas, se realizan con jeringas para insulina que tienen un calibre muy delgado para mayor comodidad del paciente, y los efectos secundarios son pocos; puede haber dolor leve por inyección, ante lo cual se puede aplicar previamente un anestésico en crema, edema local que suele durar entre 15 minutos a una hora, eritema, entumecimiento transitorio o dolor de cabeza. Además, se pueden presentar hematomas, especialmente si una pequeña vena se lacera o si un paciente está tomando analgésicos, vitamina E, ginko biloba, entre otros.
Es común que los pacientes que deciden someterse al tratamiento de arrugas con bótox, sientan inquietud por la seguridad del tratamiento y su efectividad a corto, mediano y largo plazo. Tras más de 30 años de experiencia con médicos en todo el mundo en el uso de bótox para tratar el envejecimiento facial, podemos asegurar que es seguro y efectivo, disminuyendo y retardando la aparición de arrugas, con efectos adversos que son poco frecuentes, leves, y en todos los casos transitorios y reversibles.
Es importante recalcar que para obtener resultados óptimos en la aplicación de bótox, intervienen diversos factores, tales como la pericia y profesionalismo del médico aplicador, la marca de la toxina utilizada, el uso de la dosis adecuada y específica para cada paciente en relación con la fuerza de los músculos a tratar y la fuerza de cada músculo o grupo muscular a relajar, la edad del paciente, y el intervalo de tiempo entre aplicaciones, a fin de no desarrollar anticuerpos contra la toxina .
Es importante recalcar que se trata de un tratamiento seguro con riesgos mínimos y reversibles, y que además a largo plazo tiene la ventaja de mejorar el ordenamiento de las fibras de colágeno a nivel dérmico dando una apariencia de la piel rejuvenecida.
El caribe mexicano es uno de los principales destinos turísticos en el mundo, cada año recibimos a millones de visitantes que vienen a disfrutar de las paradisíacas playas de Quintana Roo. En Xtabay medicina estética somos un centro especializado en la atención de medicina estética y antienvejecimiento, donde los visitantes pueden acudir a la aplicación de bótox en Cancún, Playa del Carmen y Tulum mientras disfrutan sus vacaciones.
Debido a lo sencillo de la aplicación de bótox, los pacientes pueden realizarse el procedimiento e inmediatamente después seguir disfrutando sus vacaciones con una caminata por la quinta avenida o degustar la deliciosa comida que el destino ofrece con sus increíbles ofertas gastronómicas.
Agenda una cita al +52 (984) 876 6365, por correo electrónico a recepcion@xtabaymedicinaestetica.com o visítenos en 10 Av., entre Av. Constituyentes y calle 20 (64.56 km), Playa del Carmen, 77710, Solidaridad, Quintana Roo.
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